¿Alguna vez habéis llorado hasta dormiros? ¿Os habéis
levantado con los ojos aun llorosos? O ¿con esas lágrimas secas recorriendo
vuestras mejillas y que de donde nacieron, sé hallen cristalizadas en legañas?
Yo sí, la última vez hace poco… ¿por qué?
El remordimiento….
La verdad es que me considero una buena persona o al menos
no soy el típico cabrón o eso creo… En realidad ahora mismo no lo sé. Normalmente
puedo ser bastante objetivo con todo, conmigo, menos en una cosa…
…El amor…
Como ya conté, estoy enamorado, ha pasado bastante de esa
publicación y he cambiado en varios aspectos. Básicamente pienso igual que entonces
y lucho por mantener una relación de amistad con ella. Hay días muy buenos y
días que no lo son tanto porque todo se magnifica, ya sabéis. La esperanza de
que se me fueran apaciguando esos sentimientos y finalmente prevaleciera la
amistad pero, me siento fracasar…
Ella no tiene ninguna culpa. Se limita a ser tan fabulosa
como siempre, mi amiga… Solo eso… Pero yo, inconscientemente, busco la mínima
ocasión de forzar las cosas y de todas mis opciones elijo la peor. En el momento
no me doy cuenta o no lo quiero ver pero al analizarlo después (antes de dormir
hago una retrospectiva de mi día viendo que puedo mejorar, objetivos etc. Si os
cuesta dormir como a mí, es un buen ejercicio) veo que no obré bien para con mi
objetivo de conservar tal relación. En el momento puede que no pasase nada pero
son actos que se aglomeran y que tarde o temprano solo me harán mal…
Me siento mal. Me defraudo constantemente. Me jacto de mi
inquebrantable moral, de que siempre busco hacer lo correcto aunque lo
apropiado me dañe y cree necesidad en mí. Normalmente es así pero hay veces que
me digo “Es una recaída y a todos nos puede pasar. No se puede dejar de sentir”.
Busco una justificación pero… No, no
debo hacer eso, no puedo fallarla, la quiero y solo puedo ser fuerte si no ¿cuánto
tiempo pasará hasta que se eche a perder todo?
Muchos dirán que pienso demasiado, que me castigo, que no obligo a nadie, que yo no soy así… Pero sí, hay una parte de mí, una gran parte de mí que lucha por salir. Una oscuridad a la cual miro y ella me mira, y gracias a ella me doy cuenta de que siempre ha estado ahí. Soy yo. Existe y no por esconderla es menos real…
Muchos dirán que pienso demasiado, que me castigo, que no obligo a nadie, que yo no soy así… Pero sí, hay una parte de mí, una gran parte de mí que lucha por salir. Una oscuridad a la cual miro y ella me mira, y gracias a ella me doy cuenta de que siempre ha estado ahí. Soy yo. Existe y no por esconderla es menos real…
Siempre he creído que soy una persona incapaz de hacer nada
que no me gustaría recibir, y suele ser así, menos con el amor, me nubla, ese
sentimiento de opuestos, su anhelo alimenta mi oscuridad y la hace crecer, me
ensombrece y cometo errores… Luego, viene el arrepentimiento, no sé por qué
cedí, pero lo hice y no puedo cambiarlo, entro en cólera y solo queda llorar…
Fuerte… Contra la almohada que amortigua mis sollozos. La lluvia de mi alma
enfurecida, llena de vergüenza y desprecio… Remordimiento… Pero una parte de mi
lo disfrutó y eso me asusta.
Me levanté, legañoso, exhausto, resignado... Decidí
aceptar esa parte de mí, para lo bueno y malo soy así. Me aterro al pensar una
vida sin ella, sin su mirada, su sonrisa… Sus payasadas alegran mis días, es de
las pocas personas que me hacen reír, olvidarme de los incesantes baches del
camino. Tengo dependencia de ella, de cómo me hace sentir y lo que me aporta.
El problema soy yo. He olvidado lo que es estar bien conmigo mismo, hacerme feliz. Soy un desconocido. Necesito darme tiempo y aprender a vivir con mis reencontrados sentimientos… Aceptar la situación y disfrutar de sus posibilidades…
El problema soy yo. He olvidado lo que es estar bien conmigo mismo, hacerme feliz. Soy un desconocido. Necesito darme tiempo y aprender a vivir con mis reencontrados sentimientos… Aceptar la situación y disfrutar de sus posibilidades…
Comparto esto con vosotros para así, de alguna forma, hacer más
tangibles mis pensamientos. Para que sean más auténticos. Igual ayudo a quien
esté pasando por algo similar. Tenemos que aceptar nuestros demonios pues
forman parte de nosotros y son tan necesarios como lo que nos hacer ser buenas
personas. Debemos intentar hacerlos converger encontrando así un equilibrio en
ellos. Aprender que no siempre ganaran las batallas y procurar ser siempre
nuestra mejor versión. Y es que si algo puede hacernos crecer es levantarnos
cuando nos caemos una y otra vez, mientras sea así, no importa lo que nos haga
tropezar porque prosperaremos. Está bien
ser crítico y delimitarse a uno mismo pero tampoco hay que torturarse de más
por lo acontecido. La vida son instantes únicos y hay que disfrutarlos.
Muchas gracias por leer este escrito y espero os haya
gustado a pesar de mis divagaciones.
Un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario